De la nada o del todo surgen esos momentos intensos, horribles, que queremos que pasen...donde los minutos son eternos,donde cada palabra o sonido se repite una y otra vez de manera constante...donde nos ahogamos al retener las lagrimas y se desbordan lentamente cayendo por las mejillas ...las palabras quedan sujetas y luchan por salir con rabia intensamente, pero por temor son retenidas, escondidas en el silencio, encerradas bajo llave, porque cada palabra lleva a una consecuencia...a algo todavía peor.
Alegarse del problema es la solución, la calma que buscamos, lo que tanto necesitamos, tan cerca y tan lejos de la realidad, aléjate despacio, en silencio, toma un poco de aire fresco y cierra tus ojos lentamente procesa lo ocurrido, lo sucedido, el problema inicial y cual es el final ...
Comienza la calma, comienza el momento de sentarse, tumbarse, desconectar ...
Comienza tu momento, aíslate de lo que te rodea, date un tiempo para pensar, poder preguntarte y responderte a ti misma, no corre prisa tienes todo el tiempo que necesites, nadie tiene prisa, nadie te presiona...
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