Caminas en silencio, y con miedo indagas en tus pensamientos, y una vez más huyes de las preocupaciones en cuanto las ves venir, escondes esos pensamientos, evitas el poder sentir miedo. Tus ojos inundados, esconden lo que realmente sabes y no quieres saber, aguantas ese profundo vacío haciéndote fuerte. Bajas la mirada, perdiendo la fuerza al tiempo que tus ojos inundados dejan caer la prueba de tu profundo sentir, rompes tus esquemas sin tan siquiera saber realmente el por qué, te limpias cada lagrima tratando de recuperar la compostura...miras al frente y respirando profundamente, dejas tu mente en blanco y en silencio, callas tus gritos de ayuda, no quieres sentir el temor que encierras, no quieres afrontar lo que realmente piensas.
Todos tenemos miedo, y el peor es el miedo a afrontarlo.
*siento teneros un poco abandonados pero mis días se me van haciendo cortos y ahora que ya estamos en verano intentaré alargarlos para dedicar más tiempo al blog.
